El hombre invisible
Cada mañana cruzaba la plaza con su carrito chirriante. Nadie lo miraba. Ni cuando barría las hojas, ni cuando recogía los restos que otros dejaban caer sin pensar.
Un día no apareció.
La plaza se llenó de basura.
Alguien comentó: “¿Dónde está el que limpia?”.
Pero al siguiente día, ya lo habían olvidado.
La indiferencia no deja huellas.
Solo ausencia.