Prioridades
–Te quiero. Te deseo. Te adoro. Serás mío –decía un hombre mientras observaba un lingote de oro en la joyería.
Más tarde, volví a verle acompañado de una mujer y oí decirle –te quiero, te deseo, te adoro, serás mía.
Pasó el tiempo y oí hablar de un robo en la joyería y volví a ver a la mujer pero sola.